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Alimentación durante la lactancia

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La madre bien alimentada e hidratada, produce leche de alta calidad

Tanto pediatras como expertos en nutrición infantil coinciden en que el mejor alimento para el bebé es la leche materna, siempre que esto sea posible. Amamantar a su bebé es una de las experiencias más hermosas que una madre puede tener. Pero ella debe ser consciente de que durante el periodo de lactancia, al igual que durante el embarazo, su alimentación debe ser nutritiva, variada y saludable, puesto que la calidad de la leche depende de su dieta.

Las necesidades energéticas de la madre durante la lactancia aumentan alrededor de 400 a 500 calorías al día.

ALIMENTOS RECOMENDADOS DURANTE LA LACTANCIA

Todo tipo de verduras. Por su contenido en vitaminas, minerales y fibra. Especialmente la zanahoria y remolacha. Ambas contienen betacaroteno, aumentan los niveles de potasio y además favorecen la producción de leche.

Espinacas, brócolis, coles de Bruselas, espárragos y tomates ricos en ácido fólico.

El hinojo es un gran estimulante de la producción de leche, ayuda a la digestión del bebé y a combatir los cólicos.

Frutas. Son fuente natural de vitaminas y minerales, especialmente aquellas que son ricas en vitaminas A y C y antioxidantes; naranjas, limones, kiwis, melón, mango, fresas, sandía, plátanos.

Los arándanos son recomendables por su aporte en yodo, necesario para el buen funcionamiento de la tiroides de la madre.

Legumbres. Destacan por su alto aporte de proteínas y minerales, especialmente ricas en hierro. Lentejas, garbanzos, soja, etc.

Cereales. Daremos prioridad a los cereales integrales; son muy nutritivos y una fuente natural de hidratos de carbono saludables. Entre ellos tenemos avena, arroz, mijo.

Frutos secos. Son ricos en magnesio potasio y calcio; almendras, nueces, avellanas.

Pescado. Especialmente pescado azul, que es muy rico en omega 3 y ayuda al desarrollo neurológico del bebé. Se debería tomar 3 veces por semana.

Carne. Priorizar el pollo y el pavo, ya que su contenido en grasa es menor. 

Huevos. Entre 3 y 5 semanalmente.

Lácteos. Nos aportarán calcio; yogur, kéfir, quesos.

Aceite de oliva virgen. Rico en ácidos grasos esenciales y vitaminas A, D, E y K.

Levadura de cerveza. Es rica en vitamina del grupo B. Se debería tomar una cucharada diaria. 

Especias. La canela mejora el sabor de la leche, y esto hará que el bebé succione con frecuencia aumentando, así, la producción de leche.

Líquidos. La madre necesita tomar abundante agua, ya que entre el 85 y el 90 % de la leche materna es agua. Pero, además, se aconseja tomar bebidas vegetales como horchata de chufa, leche de avena, leche de arroz, leche de almendra, ya que todas ellas son ricas en calcio, fósforo, potasio, magnesio, etc.

Se deberían hacer unas 5 comidas al día, es decir, un desayuno, un tente en pie a media mañana, el almuerzo, la merienda y la cena. Evitar el picoteo.

ALIMENTOS A EVITAR

Aquellos que alteren el sabor de la leche, tales como la cebolla, el puerro, el ajo, el apio, los pimientos.

Las especias picantes.

Bebidas como el café, té, refrescos gaseosos azucarados. 

La sal, hay que tomarla con moderación.

Azúcares, “todo tipo de bollería industrial”.

Por último, recordar que una parte importante del alcohol y el tabaco que consume la madre va a la leche materna, lo que puede provocar diarreas, vómitos y alteración del sistema nervioso del bebé, además de pérdida de peso y talla, por lo que se recomienda abstenerse de ambos.

Si respetamos estos consejos nutricionales, la madre estará bien alimentada e hidratada, produciendo leche de una alta calidad. En cuanto al volumen de leche, está relacionado con la frecuencia en que el bebé se alimenta, es decir: a mayor demanda del lactante, mayor producción de leche de la madre.

Eduarda Lerma