¿Algo genera en ti sentimientos de frustración, tristeza y hasta angustia?
“Que no despertéis ni hagáis velar al amor, hasta que quiera” (Cantares 3: 5b)
El género romántico siempre me cautivó. Obras literarias como Orgullo y Prejuicio, Jane Eyre, Romeo y Julieta; series o películas televisivas adaptadas de grandes joyas literarias o bien contenido nuevo, siempre, siempre están en búsqueda de mentes y corazones dispuestos a consumirlas. ¿Puedo asegurar que sean malas? Tal vez sí, o tal vez depende; quedará en cada una examinar ante el Señor si este contenido estorba tu relación con Dios y mina tu cabeza de pensamientos idílicos que llevan a tristezas o fantasías sin fin. Pero, sin duda, para muchas consumir esto es como si fuera combustible que hace andar el motor del tomate vacío.
En lo que respecta a lo personal, durante mi juventud me vi en la necesidad de limitar el consumo (no era sencillo), porque por momentos me daba cuenta de que estorbaban mis pensamientos durante la espera por el que hoy es mi esposo. Esos desenlaces tan perfectos que escapaban de la realidad, generaban sentimientos de frustración, tristeza y hasta angustia en mí. Y un día de esos me crucé en mi camino con este versículo que ya había leído en otras ocasiones, aunque no en este contexto: “Que no despertéis ni hagáis velar al amor, hasta que quiera”. Existe un tiempo justo, que sólo el Señor sabe, para que se despierte en tu corazón el amor. Ni antes ni después, sino en el momento adecuado; y es por eso que llenar tu corazón y cabeza de factores externos como estos contenidos, hará que aparezcan sentimientos como los que mencioné anteriormente. Sin darte cuenta ocuparás tu mente y tiempo en pensamientos no edificantes para ti; y quizá sea la señal para que cambies de género literario o de series y películas.
Es probable que tengas tan naturalizado ver películas románticas o leer estos libros, que ya no sabes identificar por qué te sientes mal, o simplemente insatisfecha emocionalmente, y es porque minar tu cabeza de cosas que no edifican tu vida también es desobediencia a Dios, y es contrario a lo que Él quiere para ti. Dios creó el amor, sin duda no es malo, es maravilloso, y en los planes de Dios es perfecto, pero, tristemente, el enemigo ha creado una industria dedicada a tergiversar el regalo perfecto que Dios nos dio, y lo ha confundido con burbujas que al tocarlas pronto desaparecen. No estoy diciendo que ya nunca más veas una película que te hace suspirar, sino que lo hagas en la medida correcta y, si no lo puedes controlar, revisa este tema con Dios.
Y si quizá ya no eres tan “jovencita” sino que estás casada, también prende tu alarma. ¿Estás pasando mucho tiempo frente a estas historias llenas de romanticismo con personajes perfectos y soñados? ¡Ojo! Porque el Señor en Mateo 5:28 advierte que en el corazón empieza el adulterio, y desde ese momento en que nuestro corazón piensa en otra persona, ya se está cometiendo una falta.
Por eso hoy te invito a reflexionar en este Salmo y a que sinceramente le pidas al Señor que corrija en tu vida lo que deba ser corregido, y que estés dispuesta a dejar lo que no es edificante para ti hoy. Quizá en un futuro cercano lo que hoy te cuesta controlar mañana sea una prueba ya superada, pero se siempre sensible a la voz de Dios, porque Él quiere refinarnos como la perla preciosa que somos en sus manos, y quiere que experimentemos el amor perfecto que Él nos quiere dar, y no el que el mundo nos quiere vender como baratijas.
“Examíname, oh Dios, y conoce mi corazón; pruébame y conoce mis pensamientos; y ve si hay en mí camino de perversidad; y guíame en el camino eterno” (Salmos 139: 23-24).