El síndrome metabólico es uno de los más grandes problemas de la salud a nivel mundial, y el conocerlo nos permitirá tomar decisiones que modifiquen nuestra conducta.
Muchas veces escuchamos el diagnóstico DIABETES y pensamos en todo lo que ello implica. Sin embargo, podemos hacer ajustes mucho antes, para no llegar a esto, dado que, previo a la diabetes, existe otra enfermedad, que es el SÍNDROME METABÓLICO. Lamentablemente, muchas personas se encuentran en esta instancia; y existen valoraciones encontradas en laboratorio, así como en el examen físico, que forman parte de los cinco componentes que la definen.
Componentes del Síndrome Metabólico:
- OBESIDAD CENTRAL: Perímetro de cintura en HOMBRE 102 cm, en MUJER 88 cm (puede modificarse dependiendo de la población y el país).
- TRIGLICÉRIDOS ≥ 150mg/dl
- PRESIÓN ARTERIAL ≥130/85 mmHg
- HDL= HOMBRE < 40 MUJERES < 50
- GLUCEMIA ≥110 mg/dl o DIABETES diagnosticada previamente
La presencia de 3 o más de estos factores determina la presencia de este síndrome, para el cuál es importante actuar con premura, si queremos evitar los siguientes pasos: PREDIABETES Y DIABETES.
Ahora, ¿cuáles son los criterios para diagnosticar PREDIABETES?
- TOLERANCIA ALTERADA A GLUCOSA ORAL, es decir, que luego de la Prueba de Tolerancia Oral a la Glucosa (PTOG), los valores de glucemia sean entre 140-199 mg/dl
- GLUCEMIA ALTERADA EN AYUNAS 100 – 125 mg/dl
- SÍNDROME METABÓLICO
Frente a estos criterios, el riesgo de padecer DIABETES aumenta entre 3 y 10 veces.
Se cree que las células producidas por el tejido adiposo, llamadas adipoquinas, actúan en forma directa o indirecta en el desarrollo de este síndrome. Es una compleja interacción entre factores genéticos, metabólicos y ambientales.
Por otro lado, la OMS (Organización Mundial de la Salud) estima que entre el 20 y 25% de la población adulta del mundo padecen este síndrome.
¿Qué pasa cuando nuestro tejido adiposo visceral está aumentado? Promueve insulinorresistencia, diabetes tipo II y enfermedad cardiovascular. El tejido adiposo es un órgano más de nuestro cuerpo y también puede inflamarse, produciendo alteraciones en el músculo, en hígado, en las células del páncreas y a nivel de nuestro sistema vascular. La obesidad central, entre sus múltiples complicaciones, produce un aumento de retención de líquido, al retener sodio, potenciando un estado pro-hipertensivo.
Hipertension arterial y diabetes pueden ir de la mano, aumentando el riesgo de daño a nivel renal y a nivel de nuestra retina.
¿Qué otras enfermedades pueden relacionarse con el SÍNDROME METABÓLICO?
Sobrepeso, obesidad, sedentarismo, menopausia precoz, diabetes gestacional, apnea del sueño, hipertensión arterial, insuficiencia cardiaca, enfermedad arterial periférica, enfermedad renal, gota, ovario poliquístico, e hígado graso, entre otras.
Dentro del SÍNDROME METABÓLICO, los lípidos juegan un papel importante. Las alteraciones que se pueden encontrar son elevación de triglicéridos y lipoproteínas de muy baja densidad (VLDL), y descenso de lipoproteínas de alta (HDL) y baja (LDL) densidad. En resumen: alto TRIGLICÉRIDO, bajo HDL Y LDL. Esta condición genera que una de las principales consecuencias del Síndrome Metabólico sea la ATEROSCLEROSIS.
¿Cuándo comenzar a estudiar la presencia de este síndrome? En toda la población se recomienda hacer un screening a partir de los 45 años; sin embargo, en personas con alteración en la glucosa o sobrepeso, se recomienda comenzar antes. Niños y adolescentes también requieren ser monitoreados. Personas con antecedentes de hipertension, de alteraciones en el colesterol, mujeres con ovario poliquístico, o acantosis nigrican (que se define como un trastorno de la piel caracterizado por zonas más oscuras, principalmente en los pliegues y surcos tales como axila, ingle y cuello, que también tiende a engrosarse).
El síndrome metabólico es uno de los más grandes problemas de la salud a nivel mundial, y el conocerlo nos permitirá tomar decisiones que modifiquen nuestra conducta.
