Dios está a tu lado para ayudarte y sostenerte… Sus promesas son fieles y verdaderas
Muchas partes del mundo se ven afectadas por este fenómeno lamentable: la sequía. La sequía es la falta de lluvias durante un período prolongado de tiempo, y que produce sequedad en los campos y escasez de agua. Tiene un impacto directo sobre las personas y la tierra. Este cambio climático que actualmente observamos, provoca un sin número de fenómenos meteorológicos extremos, entre los cuales está el riesgo de sequías e inundaciones en muchos países y regiones del planeta. La falta de agua es un condicionante difícil de suplir con otra cosa, porque el agua es uno de los recursos principales para la vida. Según organismos internacionales, más del 40% de la población mundial sufre escasez de este líquido vital. Todo ello deriva en la proliferación de enfermedades, aumento de desastres naturales como las tormentas de polvo, pérdida de flora y fauna, y migraciones, entre otros.
Ahora bien, querida amiga, si esta sequía es preocupante, la sequía espiritual es mucho más preocupante aún. El ser humano, lejos de Dios se encuentra seco, infértil, sin vida. Es como estar en un desierto, un lugar tan inhóspito, duro, ardiente y estéril. Sin embargo, aun en esa circunstancia, Dios está dispuesto a suplir nuestras necesidades en todos los sentidos.
En la Biblia encontramos expresiones de David en distintos Salmos, donde manifiesta: “Mi alma tiene sed de ti, mi carne te anhela, en tierra seca y árida donde no hay aguas” (Sal. 63:1); “Se volvió mi verdor en sequedades de verano” (Sal.32:4b). Mi alma tiene sed de Dios, del Dios vivo; ¿cuándo vendré y me presentaré delante de Dios? Sólo Jesús puede convertir nuestra sequía en verdor, saciar nuestra sed, Él es la fuente inagotable de agua de vida. Y todo aquel que se acerca al Señor, siempre saldrá vivificado, “Porque será como el árbol plantado junto a las aguas, que junto a la corriente echa sus raíces, y no temerá cuando venga el calor, sino que su hoja estará verde; y en el año de sequía no se angustiará ni dejará de dar fruto” (Jeremías 17:8).
“El SEÑOR te guiará siempre; te saciará en tierras resecas, y fortalecerá tus huesos. Serás como jardín bien regado, como manantial cuyas aguas no se agotan” (Isaías 58:11NVI).
¡Qué hermoso es saber que el mismo Dios que sostuvo al pueblo de Israel en el desierto cuarenta años, no permitiendo que su calzado se envejeciera, ni sus pies se hincharan, proveyéndoles de alimento y agua para que sus cuerpos no desfallecieran, es el mismo que promete estar a nuestro lado para saciarnos de todo bien!
No importa cuán dura sea la prueba, o difícil y adversa que sea hoy tu situación económica, familiar, laboral, espiritual… Dios está a tu lado para ayudarte y sostenerte. Sus promesas son fieles y verdaderas.
“Los afligidos y necesitados buscan las aguas, pero no las encuentran; seca está de sed su lengua. Yo, Jehová, teoiré;yo, el Dios de Israel, no te desampararé. En las alturas abriré ríos y fuentes en medio de los valles; abriré enel desierto estanques de aguasy manantiales de aguas en la tierra seca. Haré crecer en la estepa cedros, acacias, arrayanes y olivos; Pondré en la tierra árida cipreses, olmos y bojes juntamente, para que vean y conozcan, y adviertan y entiendan todos que la mano de Jehová hace esto, que el Santo de Israel lo ha creado” (Isaías 41.17-20).