La Palabra del Señor permanece para siempre
Las cosas con el tiempo cambian, es algo en lo que todas podemos coincidir. Seguramente cada una tendrá un ejemplo en mente. La ropa o vestimenta actual es muy diferente a la de un tiempo atrás, en diseños, géneros, usos, etc.; los autos de esta época son muy confortables, seguros, dinámicos, veloces, nada que ver con los medios de transporte antiguos. Si hablamos de comunicación, ¡ni qué decir!: en la época colonial había pregoneros que iban por las calles y las plazas gritando y dando las novedades a los pobladores del lugar; más tarde aparecieron los primeros periódicos, diarios… y hoy, todos tenemos acceso a cualquier tipo de información simplemente con un click.
Querida amiga, tal vez hoy estás leyendo este artículo a través de una pantalla de computadora, tablet o de tu propio móvil, y ya no tienes más entre tus manos la tan amada revista “Caminemos Juntas”.
Sí, amiga, el cambio también nos alcanzó a nosotras, lo que, al mismo tiempo, nos presenta un desafío hermoso de seguir teniendo el apoyo incondicional de nuestras lectoras y alcanzar a muchas más por este medio. Pero sabes, hay algo en todo esto que no ha cambiado… y es el mensaje que siempre has encontrado en cada ejemplar de las revistas.
Ese mensaje es el que encontramos en la poderosa Palabra de Dios. En 1Pedro 1:25 nos dice: “Mas la palabra del Señor permanece para siempre”. Y en Isaías 40:8, “La hierba se seca y la flor se marchita, pero la palabra de nuestro Dios permanece para siempre”.
Es reconfortante saber que Su palabra no tiene caducidad, está llena de vitalidad. Su poder para salvar, santificar, consolar y edificar no ha menguado. La palabra de Dios es inmutable, pues tiene el sello de quien la dijo. ¡Él permanece para siempre!
No hace mucho leí lo siguiente: “Sólo hay dos cosas eternas en la tierra, las personas y la Palabra de Dios. Todo lo demás, finalmente pasará”. En el Salmo 119:160 NTV, dice: “La esencia misma de tus palabras es verdad; tus justas ordenanzas permanecerán para siempre”.
Amadas amigas, somos privilegiadas al tener acceso a la Palabra Santa; cada promesa leída se cumplirá, porque Él es fiel. Más allá de que todo en el mundo cambie, su Palabra permanecerá para siempre.
Nuestro renovado compromiso es seguir escribiendo cada artículo, teniendo como base las Escrituras, la Biblia; porque ella puede hacernos mujeres sabias, mujeres prudentes, puede edificarnos y ayudarnos en nuestra vida diaria. Ese es y será uno de los objetivos de este ministerio.
En el año 2020, cuando éramos alcanzadas a nivel mundial por el COVID19, muchas cosas cambiaron, entre ellas pasar de la presencialidad a la virtualidad en muchas áreas: la educación, el trabajo, la salud, las compras, etc.
Al principio parecía que no lo lograríamos, costó adaptarnos, pero fue cuestión de tiempo y de acostumbrarnos a esta nueva modalidad. Y pienso que algo similar pasará con nosotras, amigas lectoras. Nos vincularemos de otra forma, pero seguiremos siendo un equipo, donde tú eres parte esencial.
Te invito, amiga querida, a que abras tu mente, tu entendimiento, tu corazón, y abraces esta nueva propuesta.
“Sea la luz de Jehová nuestro Dios sobre nosotras. Y la obra de nuestras manos confirma sobre nosotras; Sí, la obra de nuestras manos confirma” (Salmos 90:17). ¡¡Amén!!
