LA REVISTA CRISTIANA PARA LA MUJER DE HOY
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Apuntes para la vida: El remedio divino para el temor y la preocupación

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¡El tiempo es corto y el Señor viene pronto!

Cuando estudiamos estos bosquejos en nuestro devocional diario, cada día una parte, leyendo todas las citas bíblicas, o preparándolos para mensajes, el Señor nos habla. Hoy nos anima recordándonos que es nuestro Padre amoroso y poderoso. En el segundo bosquejo nos exhorta a vivir a la luz de Su pronta venida.

Primer Bosquejo:

“EL REMEDIO DIVINO PARA CORAZONES TURBADOS”. Lectura: Juan 14:1-27.

Introducción: El Señor pronunció estas palabras porque, al conocer lo que había en sus corazones, sabía que Sus discípulos estaban turbados -Jn.16:6; 2:25. También veía sus rostros, reflejo de lo que había en su interior. Ellos estaban llenos de ansiedad, temor y preocupación, confundidos, porque el Señor había anticipado que los iba a dejar. Pronto iba a ser traicionado y luego crucificado. ¡Con razón estaban tan alarmados! Hoy en día las condiciones que prevalecen a nuestro alrededor despiertan temor y preocupación –Lc.21:26. El mundo entero está lleno de corazones turbados, y solo el Señor puede curar esa condición. ¿Cuál es Su remedio? ¿Cuál Su receta para ese grave problema? Esta es la respuesta:

1. Creer en Dios como tu amante Padre Celestial –v.1. Si bien Dios es Todopoderoso, también es Padre de todos los que creen en Su Hijo –Gá. 3:26. No hay remedio para el ateo, agnóstico o incrédulo, sino sólo para la persona que cree en Él como: Creador-Col.1:16, Sustentador-Col.1:17, y Señor del universo-1Tm.1:17; pero ante todo como amante Padre Celestial de aquellos que han creído en Cristo como su Salvador-Jn.1:12. Se le llama en este capítulo “Padre” nada menos que 20 veces. ¿Es Él tu Padre?

2. Confiar en el Señor Jesucristo como tu Salvador personal.  Porque sólo así te conviertes en hija de Dios –Jn.1:11,12; Gá.3:26. No somos Sus hijos por naturaleza sino tan solo al creer o confiar en el Señor Jesucristo. Por eso dice en Jn.14:1: “Creed también en mí”. Él es el único camino, verdadero y vivo, de acceso al Padre –vv.6-8; Jn.10:9; Hch.4:12. ¿Estás confiando en Él?      

3. Creer en el Cielo como tu Hogar eterno. En Jn.14:1,2 encontramos una de las expresiones más consoladoras jamás pronunciadas, con toda autoridad, como asegura el v.10. Cuánto solaz, consuelo y fuerza imparte a nuestras almas esta promesa sobre ese hogar de los redimidos. Cuando la perspectiva a nuestro alrededor es mala, gracias a Dios que podemos alzar nuestra mirada a ese lugar que nos aguarda, y eso curará la turbación de nuestro corazón – He.11:10. Al hacerlo, automáticamente pensarás en Aquel que está allí y te aguarda – Hch.7:55,56.

4. Regocijarte en que Jesús viene otra vez. El v.3 declara la gloriosa esperanza del creyente, que no sólo es de un hermoso lugar, sino ante todo de una gloriosa Persona, el Señor Jesús. Él es la esperanza del creyente y de este mundo turbado- Tito 2:13; He.9:28; Ap.1:7; Stg.5:7. El retorno personal del Señor se presenta en las Escrituras como una esperanza que purifica -1Jn.3:3, trae consuelo y consolación en tiempos de dolor y pérdida -1Ts.4:13-18, y anima al creyente a evangelizar con más ahínco -2Ts.1:7-9.

5. Abocarte de lleno a la oración. Los vv.13 y 14 nos recuerdan el poder y eficacia de la oración para curar cualquier mal. Debieras orar si estás agobiada, temerosa, preocupada o en cualquier otra situación difícil, sabiendo que el Señor ha prometido no sólo escuchar tu oración sino también contestarla. Hazlo en forma personal y práctica, primero admitiendo tu necesidad y luego pidiéndole al Señor que lo satisfaga de acuerdo con Su promesa de Jn.14:13,14. Si lo haces, descargarás tu carga en Él y librarás tu corazón de su peso –Sal.55:22.

6. Reconocer al Espíritu Santo como tu Ayudador interior. Él mora en tu corazón- vv.16, 17. Evidentemente, Jesús estaba anticipándose a Pentecostés. En aquel día el Espíritu fue dado en una forma nueva, para no sólo estar con los hijos de Dios, sino morar dentro de ellos -Ro.5:5; 8:9; 1Co.6:19; 1Ts.4:8. Darnos cuenta de esa presencia interior significa conocer el secreto de liberación de la turbación del corazón.

7. Recibir la paz de Cristo en tu corazón.  Ese es Su regalo para nosotras -v.27; Is.26:3; Fil.4:7.

Segundo Bosquejo:     

“QUEDA POCO TIEMPO”. Lectura: 1Pedro 4:7-12.

Introducción: Pedro estaba escribiendo a creyentes que estaban viviendo en un tiempo de crisis, para animarlos. De modo similar el entorno nuestro es de crisis y necesitamos ánimo. ¿Qué quiso decir al escribir “el fin de todas las cosas se acerca”? Puede ser que se refiriese al final de la vida, ya que muchos creyentes estaban dando su vida al Señor como mártires –v.12. Pero lo más seguro es que hablase del fin de esta edad de gracia, de la Segunda Venida del Señor –Stg.5:8. Si nosotras vivimos a la luz de esa Venida, veremos que afectará a nuestra forma de vivir, orar, amar y servir, porque en el Nuevo Testamento esta verdad se presenta de una forma muy práctica, como algo que debe afectar a todo. Por tanto, si crees que queda poco tiempo y Jesús viene pronto:

1. Vivirás una vida calmada y ordenada; pues este es el significado de la palabra “sobrios”. Pero notad que dice “sed pues sobrios”, es decir, actuar con cordura, seriedad, sensatez y sensibilidad, tener una mente equilibrada viendo las cosas en su justa proporción. Los creyentes en esa época necesitaban esta exhortación porque estaban rodeados por quienes los odiaban. Pero aun hoy esto es imprescindible en muchas partes del mundo, y el tomar en cuenta promesas como la de Fil.4:7,8.

2. Serás una mujer de oración; pues el pasaje dice “velad en oración”. La palabra “velad” implica que la oración es un deber solemne que demanda toda nuestra atención. No podemos ser frívolas o egoístas en nuestras peticiones, sino orar por de aquellos que todavía no son salvos, como exhorta Judas 22,23. Dios quiere que todos se salven, y es nuestro deber interceder por ellos sin cesar -1Tm.2:4. Orar por los que llevan la Palabra -Ef.6:19, y por las necesidades de la obra del Señor. Hemos de orar a solas -Mt.6:6, con otros -Mt.18:19,20, y de forma continua -Ef.6:18.

3. Amarás en forma ferviente –v.8; como nos ama Dios -Jn.3:16; Ro.5:5; Gá.5:22. En esos versículos vemos que somos canales de Su amor; éste debe manifestarse “entre vosotros”. ¿Qué pecados cubrirá esa clase de amor? En particular los de otros, porque ese amor encontrará la forma de perdonar y olvidar -1Co.13:1-8; Mt.18:21,22. 

4. Serás amigable; pues ése es el significado más profundo del v.9: “hospedaos los unos a los otros”. Se refiere a abrir nuestros hogares a amigos y extraños. Eso era esencial en el primer siglo, pero aún sigue siendo un ministerio necesario en nuestros días. Pero la raíz del pensamiento es que ha de hacerse amigablemente, no sólo en tu casa sino en tu corazón -He.13: 1, 2 .    

5. Estarás ocupada en la obra del Señor; pues Él ha dotado a cada creyente con dones espirituales que debemos ejercitar para el beneficio de todos los santos -v.10. Somos mayordomos de estos dones que deben ser empleados – Lc.19:12,13; Jn.9:4. Recuerda que tendremos que rendir cuentas ante el Tribunal de Cristo por lo que hemos hecho con ellos –2Co.5:10,11, inmediatamente después de Su Venida.

6. Hablarás en Su nombre con valor; como portavoz del Señor -v.11, pero con la capacidad que Él mismo nos otorga -Hch.4:29,31. Ya que queda poco tiempo, debiéramos estar hablando a otros de su necesidad espiritual –Sal.107:2.

7. Harás todo para la gloria del Señor; como dice el v.11b, y Col.3:17. Esto implica pensar, hablar, actuar y servir sólo en formas que agradan al Señor y honran Su Nombre.

El tiempo es corto y el Señor viene pronto –Ap.20:22.   

Gloria Q. de Morris