LA REVISTA CRISTIANA PARA LA MUJER DE HOY
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Recuerda: No estás incapacitada para producir fruto

La Asociación Americana de Fertilidad (AFA) propuso que junio fuera el mes internacional del Cuidado de la Fertilidad. Se trata de una iniciativa para dar visibilidad, conocer y prevenir el problema de la infertilidad, tan importante en nuestra sociedad actual. Se hacen vídeos, conferencias, se lanza propaganda con el fin de llamar la atención sobre este tema. Se preocupan de dar consejos, borrar estigmas y prejuicios, dar a conocer los diferentes tipos de infertilidad, etc. Porque es importante y necesario ser fértil… en todos los aspectos.

Puede que tú hayas tenido hijos, pero que seas una mujer estéril. Me explico. Ser estéril es no dar fruto. Ser incapaz de producir.

Dar fruto, por otro lado, se relaciona íntimamente con ser cristiana. Las características que enumera el apóstol Pablo en Gálatas, son atribuidas a la obra del Espíritu Santo en la vida de quienes hemos aceptado a Cristo en nuestro corazón. Si vivimos por el Espíritu, debemos andar también por el Espíritu (Gálatas 5:22-25):

Amor. ¿Amas a todos? ¿Incluso a tus enemigos?

Gozo. ¿Estás siempre gozosa? ¿Alegre y feliz?

Paz. ¿Todavía tienes miedos, inseguridades o preocupaciones? ¿Tu vida refleja calma o intranquilidad?

Paciencia. ¿Tienes paciencia con toda tu familia, allegados o compañeros?

Benignidad. ¿Tienes un comportamiento ejemplar como cristiana? ¿Eres amable, íntegra, gentil, llena de ternura y compasión?

Bondad. ¿Eres buena para con todos? ¿Haces siempre el bien?

Fe. ¿Tu rasgo de carácter lleva a los demás a ver en ti tu confianza y fe en Dios por y para siempre?

Mansedumbre. ¿Eres dócil y mansa? ¿Se manifiesta en el trato con todos tus semejantes?

Templanza. ¿Controlas tus apetitos, tus tentaciones, física y mentalmente? ¿Tienes autocontrol, dominio sobre ti misma, fuerza de voluntad?

Si tienes a Cristo, tienes el Espíritu Santo, y las personas deben detectar la evidencia de esto en tu vida. Es por eso que la Palabra nos exhorta a que en nosotras se noten el amor, la bondad, la paz, el gozo… Este fruto es la prueba de estar conectadas con nuestro Señor.

Jesús nos advirtió: “Por sus frutos los conoceréis…”  (Mateo 7:15-20). Pero en Gálatas se habla de un solo fruto con varias características; ese representa a una verdadera cristiana. ¡Permite que el Espíritu llene tu vida! No le entristezcas ni apagues, y vive de acuerdo a los mandatos bíblicos.

Puedes ignorarlo o puedes seguirlo. De ti depende. Debemos exhibir el fruto del Espíritu y, además, así, producir los frutos que el Señor nos ha dejado.

“Porque cada árbol se conoce por su fruto, pues no se cosechan higos de los espinos, ni de las zarzas se vendimian uvas” (Lucas 6:44).

¿Eres una mujer fértil o infértil; sin frutos? ¿Das poco fruto o eres una mujer fecunda y productiva?

Recuerda: No estás incapacitada para producir fruto, pero ¿lo haces de forma satisfactoria?

Ojalá Dios diga de cada una de nosotras: Bien, buena sierva; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré… (Mateo 25:23).

Que el Señor nos ayude a ser portadoras de su Palabra y a transmitir su misericordia, verdad, fidelidad, justicia… Nosotras no poseemos estos atributos por nosotras mismas y, por lo tanto, deberíamos orar para que el Señor nos haga más semejantes a Él; para su gloria y honra. Que así sea.

Abigail Rodés