La fe que convirtió a Saulo en un hebreo defensor del judaísmo, se transforma en una visión del verdadero Dios en la persona de Jesús…
1.- UNA BENDICIÓN ESPECIAL: Fin y Principio
La comisión de Jesús a sus discípulos en su último encuentro. La bendición forma parte de una despedida temporal.
«Vosotros sois testigos de estas cosas» (Lc. 24:48)
- Cristo el único camino de salvación. Este es el mensaje que han recibido, que tienen que proclamar, que llegará a generaciones venideras; es un mensaje espiritual que sólo se llega a entender por fe. Basado en hechos históricos, profetizados en el Antiguo Testamento y cumplidos en la vida de Jesús (Lc. 24:44-46), lleno de poder sobrenatural con la presencia permanente del Espíritu Santo (Jn. 14:15-17).
- Contenido del mensaje. La salvación de la muerte eterna es a través de la fe en la persona y en la obra de Jesucristo (Lc. 24:47). En sus instrucciones encontraron el verdadero contenido de la misión. «En el nombre de Jesús», centrándose primordialmente en los aspectos espirituales de su muerte y resurrección
- Comienzo de una etapa. Una orden imperiosa: «id por todo el mundo y predicad el evangelio». Hubo un cambio radical en la vida de estos hombres, un propósito para su existencia que trascendería al mundo sin discriminación (Hch. 1:8). Bajo este signo va a desarrollarse la historia de la Iglesia naciente.
- Concesión de un poder sobrenatural. Lo que Jesús les prometió fue poder, pero un poder para capacitarlos, por el cual llevarían a cabo una predicación eficaz del mensaje y realizarían sus poderosas obras. El envío de la promesa, la venida del Espíritu Santo. Un poder que también forma parte de todas nosotras, es la ayuda que sobrepasa toda capacidad humana.
2.– UNA MISIÓN PERMANENTE.
1. La predicación del evangelio en Jerusalén. Era en Jerusalén donde debían permanecer hasta la venida del Espíritu Santo (Hch. 1:1-4). Este es el lugar donde debía comenzar la actividad de los apóstoles, allí se inicia porque es el lugar donde el Hijo de Dios encarnado murió y resucitó, y donde los testigos de esta verdad histórica habían estado, y era el punto de partida: «me seréis testigos». Aquí el Espíritu Santo pondría sus labios en libertad para que pudieran testificar hasta lo último de la tierra.
- Jerusalén es el centro de la formación del primer grupo cristiano en la historia (Hch. 1:2-24).
- El escenario de la venida del Espíritu Santo (Hch. 2:24).
- El lugar donde se dan los primeros pasos para la organización de la Iglesia (Hch. 2:41-8:3).
La comunidad reunida (Hch. 2:1-13). El día de Pentecostés -la fiesta de las semanas (Lv.23:15), 50 días- estaban todos reunidos en un lugar determinado, varones judíos de todas las naciones, el día después de la Pascua. Repentinamente vino el Espíritu Santo. Se derramó sobre ellos. Los que estaban presentes tuvieron una experiencia que cambió sus vidas por completo.
Las consecuencias milagrosas:
- La predicación de Pedro. Una vez que la atención de la gente había sido captada por semejante evento, Pedro presenta su primer discurso (v. 14) y explica la importancia del milagro. Su mensaje se resume básicamente en:
- El relato del ministerio público de Jesús y de su muerte.
- La resurrección como la confirmación divina de su mesianismo, de la cual ellos eran testigos oculares.
- El recordatorio del Antiguo Testamento aprobando y testimoniando que Jesús era el Mesías.
- El recurso: una exhortación al arrepentimiento y a la fe, «El Espíritu de verdad, Él os guiará a toda la verdad» (Jn. 16:13).
La argumentación de su discurso es de tal fuerza que toda la multitud presente se compungió de corazón, y se arrepintieron. Tres mil personas creyeron y se bautizaron. La capacitación del Espíritu es poder celestial y sigue llenando y capacitando en este siglo que vivimos.
b. La comunidad cristiana primitiva (Hch. 2:44-47). La primera iglesia se caracteriza por la unidad y los rasgos que les diferenciaban de la vida de los demás. Y perseveraban, «Y el Señor añadía a la iglesia los que habían de ser salvos».
Desde el capítulo 2 al 8, los primeros discípulos habían puesto en marcha un programa de evangelización, los mismos que más tarde «transformaron» el mundo, aquellos que en lugar de sentirse huérfanos estuvieron acompañados el resto de su vida por el Consolador.
2. La predicación del evangelio en Samaria. Esteban, el primer mártir cristiano (Hch. 6:8-7:60), durante su primer discurso fue acusado de blasfemar contra Dios y contra el templo. Su argumento se basaba en la historia de Israel, afirmando que el mismo Moisés, al que veneraban, había sido rechazado por los propios judíos. Critica la valoración excesiva que hacían del templo y reprocha a las autoridades judías su actitud frente a Jesús (Hch. 7:2-53). Sus últimas palabras recuerdan a las de Cristo en la cruz (vv. 59,60).
Aparece Saulo de Tarso que acepta su responsabilidad en la muerte de Esteban, «consentía en su muerte». Tras el martirio de Esteban se desencadena la primera persecución contra los cristianos. La persecución conduce a la expansión: este hecho favoreció la propagación del evangelio.
- Conversión en Samaria: Había hostilidad entre judíos y samaritanos, ya que estos eran considerados semi paganos. La diferencia religiosa se basaba en la adoración. Su templo estaba en Gerizim y, aunque ya no existía, seguían adorando en aquel lugar. Rechazaron el templo de Jerusalén como el centro indicado por Dios, y tenían que reconocer que dependían de Jerusalén e identificarse con los apóstoles. El Mesías había nacido en el pueblo judío, esto era inseparable de la historia del evangelio (Hch. 8:5). La predicación de Felipe fue bastante próspera, «muchos creyeron».
- Conversión del etíope. Procedente de la región de África, entre Egipto y lo que hoy es Etiopía. Un alto funcionario, probablemente un pagano simpatizante del judaísmo, que por ser eunuco era discriminado por los judíos. Su encuentro con Felipe viene acompañado por la obra del Espíritu Santo que le transmite el evangelio. Además de interpretar la condición mesiánica del pasaje de Isaías, le demuestra cómo las palabras del profeta se cumplen en Jesús. Esta es la diferencia con el judaísmo, el evangelio que Felipe proclamó es que Cristo murió y resucitó por todas las naciones, los enemigos de Dios son reconciliados y justificados delante de Él. Este hombre llegó a conocer a Dios.
3.- La predicación hasta lo último de la tierra. La conversión de Saulo de Tarso (Hch. 9:1-31), un hombre perseguidor de la Iglesia, cuya ira por los cristianos le había llevado al deseo de erradicarlos por considerar que eran blasfemos, al invocar el nombre de Jesús como si fuese Dios. Defensor de las tradiciones de su pueblo, estaba resuelto a destruir el movimiento cristiano que consideraba revolucionario, acosando y matándolos en cualquier lugar -«camino» (Hch. 9:2)- nombre dado a los cristianos con el significado de la manera de proceder y vivir de los mismos. El relato de Lucas describe la importancia de la conversión de Pablo, llamado así a partir de Hch. 13:9, en la historia de la salvación del mundo gentil. El resplandor que iluminó a Pablo en el «camino», cambió radicalmente el concepto que tenía de Dios. La fe que le convirtiera en un hebreo defensor del judaísmo, se transforma en una visión del verdadero Dios en la persona de Jesús. Descubrió a Dios tal y como es. «Instrumento escogido me es este para llevar el nombre de Jesús a los gentiles».
Hoy somos la iglesia del s. XXI. Seguimos siendo mujeres con la misma misión que hace 2000 años, hasta que Cristo vuelva y con el poder del Espíritu Santo, tenemos que proclamar este evangelio.
«Hasta que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, en la tierra y debajo de la tierra, y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor para Gloria del Dios Padre» (Fil. 2:10,11).