La microevolución no nos habla de la transformación de una especie en otra, sino de variaciones dentro del mismo género
Muchos filósofos e historiadores coinciden en afirmar que la idea más influyente en el pensamiento de las sociedades occidentales hoy, es el concepto de evolución.
La idea de que las cosas mejoran con el tiempo parece firmemente arraigada en nuestras mentes. Nuestra forma de hablar está repleta de expresiones y patrones de pensamiento relacionados con la idea de evolución. Hablamos de la evolución del universo, de la vida, del hombre, del arte, de la tecnología, del lenguaje, de la política, de la religión, etc.
Un concepto que también parece formar parte de nuestro pensamiento es el de la evolución de las especies. La Teoría de la Evolución formulada por Darwin, se ha convertido en parte de nuestra forma de pensar. Hasta tal punto, que quienes se atreven a ponerla en duda son considerados como ignorantes o fanáticos.
La Teoría de la Evolución postula que una especie surge de otrapor medio de mecanismos naturales.
La palabra evolución, en términos generales, significa cambio. Los seres vivos cambian con el paso del tiempo. Estos cambios son causados por mecanismos naturales.
El principal mecanismo de cambio es la selección natural de las variaciones aleatorias. Cuando observamos la naturaleza vemos que, muy frecuentemente, los individuos de la misma especie son físicamente diferentes unos de otros. Existen muchas variedades de perros, de gatos, de arañas, etc.
Con frecuencia, suele suceder que ciertas variaciones permiten a los individuos que las poseen sobrevivir mejor y producir más descendencia que los otros individuos de su especie. Por ejemplo, un oso blanco tiene muchas más posibilidades de camuflarse en zonas polares que un oso pardo. Otro ejemplo serían los pájaros que posean un pico más fuerte en época de sequía. Éstos estarán mejor dotados para obtener semillas de frutos secos en el caso de una sequía. Los osos polares que viven en zonas heladas y los pájaros que posean un pico fuerte en zonas secas, tendrán más posibilidades de sobrevivir y dejar descendencia.
Si estas variaciones se heredan a lo largo de muchas generaciones, consiguen que la especie se transforme adaptándose al medio en el que vive. Los individuos menos adaptados al medio en el que han nacido, tienden a desaparecer sin dejar descendencia.
Como una ilustración de este fenómeno, podemos constatar que la mayoría de los pobladores del África subsahariana pertenecen a la raza negra, mientras que el norte de Europa está poblado por individuos de raza blanca.
Este fenómeno se conoce con el nombre de microevolución. La microevolución consiste en variaciones dentro del mismo género o familia. Los gatos varían enormemente, pero siempre son gatos. Nunca se ha observado que las variaciones transformen una especie en otra. Ni siquiera se ha observado que las variaciones hayan creado un nuevo órgano previamente inexistente.
Este patrón de variaciones, selección y adaptación consigue que las especies puedan sobrevivir en distintas zonas geográficas donde se enfrentan a climas muy diferentes.
Además, este fenómeno coincide perfectamente con la descripción que el libro del Génesis nos da de la creación de las especies.
En el relato de la creación de las especies del capítulo 1 de Génesis, se nos dice que Dios creó los animales y plantas «según su género». La expresión «según su género» aparece 10 veces. Es evidente que el autor del Génesis quería dejar bien claro que Dios creó géneros de animales.
La microevolución, por tanto, no nos habla de la transformación de una especie en otra, sino que es una muestra de la inteligencia y creatividad de nuestro Creador.