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Creación y ciencia: El origen de las especies

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Las evidencias científicas muestran que la Teoría de la Evolución es imposible

El 24 de noviembre de 1859 se publicó en Londres el libro «El Origen de las Especies», la obra más conocida del naturalista Charles Darwin. Este libro estableció las bases de la moderna Teoría de la Evolución. Darwin propuso que las distintas especies de seres vivos se originaron a partir de otras especies mediante un proceso de transformación lenta y gradual, cuyo principal mecanismo es la Selección Natural.  Hoy en día la evolución es la idea más influyente en el modo de pensar del mundo occidental. Pero… ¿es cierta esa evolución? En este artículo y los siguientes, vamos a examinar la teoría darwinista a la luz de los avances científicos de estos últimos dos siglos.

Para examinar la cuestión del origen de las especies vamos a proceder siguiendo el método usado por los científicos para el estudio de la naturaleza, el denominado “método científico”, que consta de tres pasos: pregunta, hipótesis y observación.

El primer paso del método científico consiste en definir claramente la pregunta que queremos contestar. En nuestro caso la pregunta es: ¿Cómo se originaron las distintas especies de animales y plantas?

El segundo paso del método científico consiste en proponer varias hipótesis, es decir, varias respuestas posibles a nuestra pregunta. 

Las dos únicas respuestas a la pregunta ¿Cómo se originaron las especies?, son la hipótesis naturalista y la hipótesis del diseño. No existe una tercera. Por lo tanto, nuestra tarea consiste en decidir cuál de ellas es la verdadera y cuál es la falsa.

El Naturalismo o Materialismo postula que las especies surgen por un proceso de transformación de otras especies preexistentes. Este proceso se denomina Evolución.

El Diseño postula que las especies biológicas poseen características que se explican mejor por la actividad de un agente inteligente.

El tercer paso del método científico consiste en la observación. La observación cuidadosa de la naturaleza nos permitirá decidir cuál de las dos hipótesis que estamos evaluando se ajusta a la realidad, es decir, cuál de ellas es la verdadera.

En el caso de las especies y su origen, deberemos observar las características propias que distinguen a cada especie. Por ejemplo, la característica fundamental del ave es que posee alas. Debemos observar qué características diferencian a una especie de otra. Por ejemplo, los reptiles no poseen alas, sino patas.  Y, considerando estas características, debemos preguntarnos si ellas indican un origen material o un origen inteligente.

Una especie es un conjunto de individuos que se reproducen entre sí. 

Comparando sus funciones, podemos ver claras diferencias entre las distintas especies; por ejemplo, el caballo corre, pero el ave vuela. 

Comparando sus órganos, observamos también claras diferencias entre una y otra especie; por ejemplo, el caballo tiene patas, el ave tiene alas.

Si comparamos sus genomas, también podemos observar diferencias entre una especie y otra, puesto que cada especie posee un genoma diferente de las demás.

En el siglo XX la ciencia ha realizado tres importantes descubrimientos relativos a las distinciones entre una especie y otra:

Respecto a las diferentes funciones, los científicos han encontrado que las funciones biológicas de los seres vivos son el resultado de sistemas irreduciblemente complejos, que no pueden surgir por evolución gradual

Respecto a los diferentes órganos, tenemos la Explosión Cámbrica, que es la aparición repentina en el registro fósil de los grandes tipos de animales y plantas. Ahora tenemos más datos.

Respecto al genoma, la ciencia ha descubierto que las variaciones dentro de una especie están limitadas por la información contenida en el genoma de la especie.

En los próximos artículos examinaremos estos tres avances científicos y observaremos que las evidencias científicas muestran que la Teoría de la Evolución es imposible.

Ramón Gómez