¿Quién ha escrito en las células de todos los seres vivos las instrucciones de montaje de sus cuerpos?
En los artículos anteriores hemos visto cómo los avances científicos del pasado siglo 20 confirman la doctrina bíblica de la creación del universo y de la vida.
Hemos visto que la vida es el resultado de la actividad de millones de sofisticadas máquinas en miniatura, motores, generadores energéticos, relojes, etc. que operan en el interior de nuestras células.
¿Cómo se originan estas máquinas? La célula ensambla todas las máquinas que necesita para llevar a cabo sus actividades uniendo millones de piezas llamadas proteínas. La célula fabrica todas y cada una de las proteínas siguiendo unas instrucciones de fabricación detalladas. Estas instrucciones se conocen con el nombre de “información genética”.
Las células contienen en su interior un libro, un verdadero manual de instrucciones en el que se describe exactamente cómo fabricar cada pieza de cada ser vivo del planeta.
La información genética está codificada usando un código denominado el código genético. Gracias a él, la célula puede almacenar y transmitir las instrucciones necesarias para fabricar el cuerpo de nuestros descendientes. Pensemos en una analogía tomada de nuestra vida cotidiana.
Los seres humanos, usando nuestra inteligencia, creamos información, por ejemplo, al escribir un correo electrónico. Una vez escrito el correo electrónico, lo enviamos a su destinatario. Pero antes de que nuestro texto llegue a la pantalla del ordenador del destinatario, se requiere que nuestro mensaje sea transmitido de un ordenador a otro; para ello, nuestro texto escrito en español deberá ser codificado, es decir, traducido usando un código.
En el caso de los ordenadores se usa un código binario. Este código binario consiste en una relación unívoca entre un grupo de 8 caracteres (ceros y unos) y una letra. Por ejemplo, la letra G se representa por 01100111. Usando el código de los ordenadores podemos escribir la palabra GÉNESIS así: 01100111 01100101 01101110 01100101 01110011 01101001 01110011.
¿Qué pasaría si quisiéramos escribir un mensaje dentro de nuestras células? En el interior de nuestras células no hay ceros ni unos, tan sólo hay moléculas. ¿Podrían las células contener mensajes escritos con moléculas en lugar de ceros y unos?
La respuesta es, sí. El código genético es análogo al de los ordenadores. En lugar de ceros y unos, la célula usa cuatro moléculas que denominamos Adenina, Citosina, Guanina y Timina, y las representamos con las letras A,C,G y T.
Combinando estas cuatro moléculas, las células crean largas cadenas, denominadas genes, que almacenan y transmiten la información necesaria para construir los cuerpos de todos los seres vivos, incluyendo árboles, pulpos y seres humanos.
El código genético debería hacernos reflexionar sobre su origen. ¿Cómo ha llegado a existir toda esta información codificada?
¿Quién ha escrito en las células de todos los seres vivos las instrucciones de montaje de sus cuerpos? ¿La inteligencia o el azar?
Podríamos decir, parafraseando al apóstol Pablo, que las cosas invisibles de Dios, su eterno poder y deidad, se hacen claramente visibles, desde la creación del código genético, de modo que quienes niegan que la vida haya sido creada, no tienen ninguna razón para apoyar sus creencias.
La Biblia nos dice claramente de dónde procede el código genético:Todas las cosas por él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho. En él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres (Juan