LA REVISTA CRISTIANA PARA LA MUJER DE HOY
Buscar
Cerrar este cuadro de búsqueda.

Apuntes para la vida: Las características del Hijo de Dios. «Os conviene que me vaya»

Print Friendly, PDF & Email

Bosquejos de mensajes dados en vida por Gloria Q. de Morris, para estudiar y compartir. No dejéis de leer todas las citas bíblicas para recibir una bendición aún mayor

PRIMER BOSQUEJO:

“LAS CARACTERÍSTICAS DEL HIJO DE DIOS” Lectura: 1 JUAN 4:1-10

Introducción: En el evangelio de Juan se señala la necesidad de “nacer de nuevo”, pues nadie puede entrar en el cielo sin un nuevo nacimiento espiritual (Jn.3:3). Pero en la primera epístola de Juan se identifica claramente quienes son auténticos hijos de Dios. Allí encontramos que el verdadero hijo de Dios es la persona que:

  1. HA RECIBIDO Y PUESTO SU ENTERA CONFIANZA EN JESUCRISTO COMO SALVADOR Y SEÑOR (1 Jn. 5:1).

Nacemos de nuevo al creer en el Señor Jesucristo, y actuar de acuerdo con ello al recibirle como nuestro Salvador personal, y confiar plenamente en El (Jn.1:12,13). Es el punto de partida esencial.

  1. DESEARÁ HACER, Y HARÁ, LO QUE ES JUSTO A LOS OJOS DE DIOS (1 Jn. 2:29).

Al ser Dios justo Él espera que nos parezcamos a Él. Un niño exhibe el carácter de su padre porque comparte su naturaleza. Esto no implica que nuestras vidas serán perfectas, pero sí que serán vividas en armonía con nuestro Padre celestial que es justo. Vamos a querer hacer lo que es recto. Así sucedió con Zaqueo luego de nacer de nuevo (Lc.19:8), y también el carcelero de Filipos (Hch.16:33,34) al demostrar amor y compasión hacia Pablo y Silas.

  1. NO PRACTICA HABITUALMENTE EL PECADO (1 Jn.3:9).

Juan no está diciendo que un hijo de Dios no puede pecar, o que nunca pecará. Esto sería una contradicción de lo que afirma 1 Jn.1:8,9 y 2:1. Aunque somos hijos(as) de Dios fracasamos y caemos, pero tenemos un Abogado que apela por nosotros en base a la validez de Su propiciación por nuestros pecados (1 Jn.2:1,2). Al pecar estamos compungidas y nuestra conciencia nos acusa, porque tenemos una nueva naturaleza que siente aversión al pecado (2 Cor.5:17). Por eso inmediatamente buscamos confesar ese pecado a nuestro Padre (1 Jn.1:9)

  1. AMA A TODO OTRO HIJO DE DIOS (1 Jn.4:7)

 Al haber recibido la misma naturaleza divina (2 Pedro 1:4), al ser Dios amor, nosotras estamos imbuidas de ese amor y amamos en forma especial a los otros miembros de la familia de Dios, nuestros hermanos. Se destaca la misma verdad en 1 Jn.3:14. Los amamos sin acepción de personas, sin fijarnos en su edad, raza, o situación económica (1 Jn.3:11,12, 16-18)

  1.  VENCE AL MUNDO (1 Jn.5:4)

Esto significa que no simpatiza o armoniza con el mundo, pues al vivir en él, se halla fuera de su verdadero entorno, y se siente como un pez fuera del agua. Pertenecemos a otro mundo, siendo “ciudadanos del cielo” (Fil.3:20), y por tanto comienzan aquí y ahora a vivir para ese mundo, inspirándonos en el ejemplo del mismo Señor (Jn.16:33). Por la fe en Él compartimos Su victoria y por ello no aceptamos las normas o formas de pensar, del mundo. Tampoco copiamos sus hábitos, disfrutamos sus placeres temporales, o empleamos su lenguaje soez. ¿Para cuál mundo estamos viviendo?   Tomando en cuenta estas cinco características de un verdadero cristiano, debiéramos poder distinguirlo fácilmente.

  1. LA AYUDA CON QUE CONTAMOS- 1 Jn.5: 18b
  • La Seguridad que es nuestra. Cada vez que se menciona “nacido” se emplea el tiempo perfecto que implica que es una acción que se ha llevado a cabo una vez y para siempre, cuyos efectos son permanentes.
  • El Salvador por tanto nos guarda- en el poder de Dios, de la potestad del maligno, como vemos también en 1Pedro 1:5 y Judas 24,25.

SEGUNDO BOSQUEJO:

“OS CONVIENE QUE ME VAYA” Lectura: S. JUAN 16:7-15

Introducción: En el momento en que los discípulos se sentían tristes por los anuncios constantes y claros del Señor de lo que iba a pasar de allí a pocos días, Él le s animó con unas promesas extraordinarias. Afirmó “no os dejaré huérfanos” (Jn.14: 18) y además les aseguró que les convenía que Él se fuera, porque solo así podría venir el Consolador.

Hay siete formas en que el Espíritu Santo opera en el creyente:

  1. COMUNICANDO LA VIDA DIVINA  

Si antes estaba muerto (Ef.2:1), ahora ha nacido de nuevo (Jn.3:3), ha sido hecho participante de la naturaleza Divina y de la vida de Cristo mismo (Gal.2:20; Ef.4:24; Col.1:27; 1 P.1:23-25;2 P.1:4). Pero Cristo está en el Cielo, así que ¿Cómo puedo participar de Su vida? Por medio del Espíritu Santo que mora dentro de mí (Rom.8:9; 1 Cor.6:19)

  1. UNIENDO AL CREYENTE CON CRISTO E INCORPORÁNDOLO EN SU CUERPO.

 Las palabras de 1 Cor.12:13 se refieren a todo creyente. Al nacer de nuevo no solo recibimos una nueva vida, sino que somos unidos vitalmente al Señor, y los unos a los otros. Todo esto se cumple en el bautismo del Espíritu. Antes de nuestra conversión estábamos “en Adán” (1 Cor.15:22), pero al creer. mediante el bautismo del Espíritu fuimos introducidos eternamente en la nueva creación en Cristo (2Cor.5:17). Como una rama es injertada en la vid, así cada creyente ha sido injertado en Cristo, unido a Él, y convertido en miembro de Su cuerpo.

  1. SELLANDO AL CREYENTE (Ef.1:13,14; Rom.8:14-16)

Lo cual significa:

  • Seguridad de nuestra salvación (Mt.27: 66) al ser un sello que no se puede romper;
  • Pertenencia a Dios, siendo Su propiedad adquirida (Jer 32: 10);
  • Por autoridad divina (Est.8:8-12), como la de una ley que no se puede revocar.
  1. REPRODUCIENDO EL CARÁCTER DE CRISTO EN NOSOTROS.

Cada creyente verdadero anhela asemejarse al Señor Jesucristo. Pero ¿Cómo podemos lograr esa transformación? No por esfuerzo personal, o por una lucha espiritual. Tampoco por procurar imitarlo. Solo es posible mediante la operación del Espíritu Santo en nosotras produciendo en y a través nuestro el “fruto del Espíritu” (Gál.5: 22,23) mientras permanecemos en Cristo (Jn.15: 4,5), y esto implica dejar que Su Palabra permanezca en nosotras (1 Jn.3:24). Parte de la misión del Espíritu Santo en nosotras es hacernos semejantes a Cristo (2Cor.3:18).

  1. CUMPLIENDO LA OBRA DEL CRISTO RESUCITADO A TRAVÉS DE NOSOTROS.

El verdadero servicio cristiano, no se trata de nuestra obra para Cristo, sino de Él obrando a través nuestro. Por tres maravillosos años el Señor Jesús obró a través de un perfecto cuerpo humano, y todo lo que Él hizo fue en el poder del Espíritu Santo (Mt.4.1; Hch. 1:1,2; 10:38; Heb.9:14). Pero luego de morir, resucitar y ascender, Él envió al Espíritu Santo para estar en y obrar a través de miles (y ahora millones) de cuerpos humanos.

  1. REVELANDO LAS COSAS DE CRISTO.

Él nos guía a toda verdad (Jn.16:13) y nos revela las cosas de Cristo (Jn.16:14). El abre las Escrituras para que podamos comprenderlas (Sal.119: 18; 1Cor. 2:9-14)

  1. HACIENDO REAL O PALPABLE LA PRESENCIA DE CRISTO.

Ver de nuevo Jn.16:7. Al estar morando el Espíritu Santo en nosotras, se cumple la promesa de Mt. 28:20 en nuestra experiencia como pueblo de Dios.

Gloria Q. de Morris