LA REVISTA CRISTIANA PARA LA MUJER DE HOY
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La edad de oro: Ensancha tus tiendas

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Cuando el mucho abarcar no sólo no merma, sino que aumenta nuestro potencial

En los más diversos aspectos de la vida podemos comprobar cómo la influencia de la mujer se advierte de manera positiva si realiza con amor y perseverancia la tarea que debe desempeñar. Por tanto, debemos tratar de movernos dentro de un medio amplio; principalmente por el don maravilloso que Dios nos dio de ser madres y por el natural impulso de nuestro continuo deseo de dar. Por ello, generalmente, nos proponemos brindar amor, cuidados, protección, ayuda, y no sólo a nuestros hijos sino también a los que nos rodean.

Dios creó a la mujer fecunda y generosa, que como árbol vital va creciendo y extendiendo sus ramas en todas direcciones, dando hojas, flores y fruto. ¡Qué hermoso! ¿Verdad? Poseemos ese poder maravilloso de dar y dar generosamente. Pensando en la importante misión que como mujer podemos llevar a cabo a lo largo de nuestra vida, en nuestro hogar, trabajo, comunidad… es que comprendí la sabiduría que encierra el versículo 2 del capítulo 54 de Isaías: “Ensancha el sitio de tu tienda, y las cortinas de tus habitaciones sean extendidas; no seas escasa; alarga tus cuerdas, y refuerza tus estacas”. Sí, comprendí lo que Dios espera de nosotras para que nuestro actuar sea exitoso. Nuestro ministerio es amplio y tenemos en la oración de intercesión un maravilloso instrumento para expandirnos, para actuar no sólo en nuestro pequeño círculo, sino tratando de extendernos hacia el mundo, de comunicarnos con otras mujeres para que, juntas como buenas obreras, podamos llevar a cabo la buena obra, reconociendo, valorando y compartiendo tan honrosa misión; “Cuando Jehová tu Dios ensanchare tu territorio, como él te ha dicho…” (Dt.12:20). Ensancharás así tu espacio, no serás escasa al dar, verás cómo alargar los medios y reforzar todo aquello que te ayude a realizar lo que te propones. Podrás marchar por la vida con serenidad, cumpliendo los mandamientos, pues Dios ensanchará no sólo tu territorio sino también tu corazón.

Tu testimonio como creyente será la llave que ayudará a que se abran puertas que parecían cerradas, ya que el Señor guiará tu andar. Tu diario vivir mostrará, primeramente en tu hogar, todo lo que Dios te permitió lograr y cuánta ternura, paciencia y amor fuiste prodigando a tu esposo e hijos con comprensión y sabiduría. A tu alrededor siempre encontrarás el momento oportuno para dar, para consolar y extender tus manos. En tu iglesia local, junto a tus hermanas y hermanos en el Señor, te seguirá dando la gracia de servir con alegría y te hará sentir que eres útil. En tu vida social, en tu trabajo, desde joven en tus estudios, en tu edad adulta y en esta edad de oro, en todo momento habrás comprobado que al ensanchar tu tienda extendiste tu hacer… y fecunda es la cosecha.

El resultado es realmente positivo, y cada mujer al ensanchar sus tiendas comprobará que también se ensancharán otras tiendas de tantas hermanas que como ella desean con fervor ser una luz en el camino, portadoras de fe, paz y esperanza.

Toda mujer que reflexiona y siembra, que lucha y persevera sin temor, y que sigue el sendero verdadero, verá, conmovida, el fruto de su obra y se sentirá bendecida por la mano del Señor: “Tú ensanchaste mis pasos debajo de mí y mis pies no han resbalado” (2 Samuel 2:37).

Ivone Guétat