Alzaos puertas eternas y el Rey de gloria entrará …
Alzaos puertas eternas
y el Rey de gloria entrará.
¿Os sorprendéis de que un hombre
traspase el umbral del cielo,
la morada angelical?
No os asombréis: ¡Es Jesús!
que fue valiente en batalla
venciendo sobre la cruz.
De Jehová es la tierra
y los que moran en ella,
pero mirando a los hombres,
soberbios y transgresores,
piensa David con dolor:
¿Quién subirá hasta los cielos
y quién estará delante
de tu santidad, Señor?
¡Ah! sólo el limpio de manos
y el puro de corazón,
que su alma no ha elevado
jamás a la vanidad,
ni jurado con engaño;
éste sólo habrá alcanzado
el favor de Jehová.
Tal es la generación
de los que buscan constantes
tu rostro, oh Dios de Jacob.
. . . . .
Alzad, pues, vuestras cabezas,
eternas puertas alzad,
porque entrará victorioso
el limpio de corazón;
el que en el mundo ha vivido
y del eterno enemigo
sacudió la tentación.
¡Alzad! y dejad abiertas
esas celestiales puertas,
pues en día no lejano
no entrará ya el soberano,
poderoso Jehová;
entrarán los redimidos
los que fieles han seguido
las huellas del Precursor:
legiones de rescatados,
los que a gran precio comprados
fueron por el Salvador.